Cuatro cosas que debes saber sobre las graficas de los portátiles

Las tarjetas gráficas desde hace tiempo han sido el mayor problema de los portátiles, dado que aunque utilicen la misma nomenclatura que las versiones de sobremesa, su rendimiento siempre a sido inferior al de estas.

¿Por qué hay tanta diferencia en el rendimiento?

Para entenderlo, primero es necesario que os explique como funcionan las tarjetas gráficas. Estos componentes trabajan de la misma manera tanto en su versión para ordenadores de escritorio como en su variante para portátiles, lo que quiere decir que se encargan de mostrar imagen en nuestro monitor.

Por ejemplo, una RTX 3080 para un sobremesa consume solo 6 vatios  cuando solo estamos editando texto en Windows 10, y tiene un consumo total de 22 vatios. Sin embargo, cuando ejecutamos un juego esta es capaz de ponerse al 100%, su consumo puede llegar a los 320 vatios, esto hace imposible poner una gráfica de las mismas características en un portátil.

Una RTX 3080 de portátil trabaja de la misma forma, ajusta el consumo al nivel de trabajo que se ejecuta, pero en este caso tiene un límite mucho más reducido, ya que los modelos más potentes están limitados a los 135 vatios. Como podemos ver, la diferencia de consumo es enorme, lo que hace que la gráfica de portátil no pueda llegar a frecuencias elevadas, haciendo que el rendimiento disminuya mucho.

Un portátil tiene un espacio mucho más reducido que un ordenador de sobremesa, y, por tanto, no podemos generar el mismo calor porque, básicamente, no se puede refrigerar. Minimizar al máximo el consumo es necesario para mantener, en niveles normales, el calor que generan las tarjetas gráficas. Si montamos modelos más potentes, y con un mayor consumo, hay más calor que disipar, y necesitaremos tener sistemas de refrigeración más potentes. Por eso, los portátiles tienen gráficas con un bajo consumo.

 La importancia de la especialización en los modelos actuales

Es imposible trasladar todo el rendimiento de una RTX 3080 de sobremesa a un portátil,  ya sabemos los motivos, pero con la llegada de las RTX serie 20 de NVIDIA se produjo un importante avance. Por otro lado, las nuevas arquitecturas, y los nuevos procesos de fabricación, también han permitido valiosas mejoras en términos de eficiencia, al alcanzar niveles de rendimiento similares a los de generaciones anteriores pero con un consumo menor.

Los núcleos tensor han permitido utilizar el DLSS, mediante la combinación de varios fotogramas, crea una imagen perfecta partiendo de una resolución inferior, y la reescala. Esto consigue mejorar el rendimiento, cuando trabaja en modo calidad.

Un gran ejemplo del impacto que ha tenido el DLSS de segunda generación, basta con que se puede llegar a triplicar el rendimiento cuando se emplea en tarjetas gráficas de escritorio.

Movilidad, autonomía y diseño

las tarjetas gráficas son uno de los componentes que mayor impacto tienen en el diseño, la movilidad y la autonomía de un portátil.

• Consumo: si es muy alto, necesitaremos un sistema de alimentación capaz de mantenerla.
•  Calor: si las temperaturas alcanzan picos muy altos, necesitaremos un sistema de refrigeración más grande, potente y ruidoso.
• Batería: una tarjeta gráfica con un consumo muy alto puede obligar a montar una batería más grande, y más pesada. Aun así, su duración será menor cuando el portátil este al 100 %.

Resolución 

Para elegir la tarjeta gráfica de nuestro portátil, debemos saber que resolución vamos a querer. La memoria gráfica influye, ya que, a mayor resolución, mayor consumo, aunque siempre podremos ajustar los parámetros gráficos para reducir el consumo de VRAM, si es necesario.

La tasa de refresco es importante, y es que una tarjeta gráfica más potente que otra podrá alcanzar más FPS a la misma resolución que otra menos potente. Esto, si nuestro portátil tiene un panel de más de 60 Hz.

Para la resolución 1080 recomendamos la rtx 3050.

Para la resolución 1440 recomendamos la rtx 3060.

Para la resolución 4K recomendamos de la rtx 3070 a sus modelos superiores.